La llegada a Berlín traía consigo lo que me imaginaba: más frio!!! Pero ni modo, hay que continuar con el viaje. En Berlín fuimos al castillo de Charlottemburgo, a la puerta de Brandemburgo, por supuesto al muro de Berlín, el monumento al holocausto judío, al museo judío, y demás.
Lo que más me atrajo fue el castillo de Charlottemburgo, no sólo por lo inmenso y glamoroso que es, si no por su historia, al menos fue de los pocos lugares donde escuché por completo el audio guía dedicada a cada cuarto del castillo, y eso me tomó más de 3 horas, pero me atrapó su historia.
Sólo dos días y medio en Berlín y ya tomábamos otro bus de Eurolines a la media noche para que nos llevara a Praga. Es que buscábamos el frío, cierto? Jejeje
Llegamos a Praga a las 5:00 de la mañana, no habíamos dormido muy bien en el bus y no podíamos aún entrar al hostal ya que lo habrían hasta las 7 de la mañana, así que nos quedamos en la estación de buses hasta esperar las 6:30, y ahora sí a buscar nuestro hostal. Descansamos un poco y nos fuimos de nuevo a caminar la ciudad... mis respetos para Praga, es demasiado bella esta ciudad, decir que me encantó me quedo corta con eso! Praga es linda por todas partes que se mire y la gente es muy amable. Conocimos el Castillo de Praga, sus torres, sus puentes sobre el rio Moldava, y ni que decir del puente Carlos V, el puente más antiguo de la ciudad, además del antiguo barrio judío.
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